ArchDaily ha colaborado con John Marx, el director artístico y fundador de Form4 Architecture, con el fin de traer artículos mensuales que buscan definir el Metaverso, transmitir el potencial de este nuevo mundo y comprender sus limitaciones.
Actualmente, se vuelve difícil definir el Metaverso. Tan solo intenta pensarlo como la unión de las diversas comunidades virtuales que hemos creado a lo largo de los años en Facebook con la enorme variedad de oportunidades de compras de Amazon. Sin embargo, el Metaverso se extiende mucho más allá y hace posible un nuevo tipo de paisaje al jugar con las mismas cualidades de creación de lugares que conocemos de las ciudades, pueblos y aldeas que habitamos en todo el mundo. El Metaverso es un espacio transaccional, y quizás sobre todo un espacio de experiencias donde ocurren eventos inesperados y, lo que es más importante, los eventos compartidos se disfrutan de forma individual y comunitaria.
La escala de este nuevo panorama y su impacto en nuestra comprensión de lo virtual es difícil de asimilar en esta etapa. Todavía estamos en lo que es, en gran medida, una fase de desarrollo del Metaverso. El propósito de esta serie de artículos sobre esta temática es transmitir el potencial de este nuevo mundo, así como también comprender sus limitaciones. Como arquitectos, la forma en que el Metaverso se relaciona con el aspecto físico de nuestro mundo, tanto natural como construido, es, por supuesto, de gran interés y contiene un potencial casi infinito para crear cambios y vitalidad. Culturalmente, promueve nivelar el campo de juego de acceso a grupos de personas de una amplia gama de niveles socioeconómicos, sin las limitaciones normales de la geografía física o el costo... o hasta incluso el idioma.
Para establecer la escena en lo sublime, imagina que estamos montando una ola, sobre tablas de surf nuevas y brillantes bajo nuestros pies. De repente, sentimos un escalofrío y notamos una sombra cruzando nuestras tablas... avanzamos con una intención renovada, para terminar este viaje sin obstáculos. Pero, si pudiéramos dar la vuelta, veríamos, no una nube, sino una ola, pero no una ola ordinaria, una ola sin precedentes elevándose a una altura aparentemente infinita sobre nosotros. La gran masa de este maremoto es desalentadora. Pero por ahora, todo lo que podemos ver es el agua que sube. De momento, nos encontramos a la sombra del maremoto y sin darnos cuenta de la magnitud de lo que está por venir. Puede llegar a pasar cualquier cosa.
Esto, por supuesto, es un ejemplo muy dramático del poder del paisaje del Metaverso. Como diseñador, puede ser más natural imaginarse caminando por una calle bulliciosa en alguna ciudad lejana. Si bien algunos aspectos de la calle parecen familiares, uno nunca estuvo antes allí y, sin embargo, se siente cómodo, seguro y bienvenido. Existe una ventaja convincente que puedes sentir en los rostros de las personas que te rodean: se ven vivas e interesantes. Las tiendas a ambos lados de la calle ofrecen una amplia variedad de tentaciones: ropa, libros, entretenimiento, aventuras de aprendizaje y también experiencias inusuales.
Hoy, te encuentras camino a la inauguración de una galería de arte, a 15 minutos a pie. Un querido amigo está mostrando su trabajo en la galería (que ha estado preparando durante un año) y sientes tanto orgullo como ansiedad. Para tu sorpresa, doblas la esquina y te encuentras con un grupo de tus amigos, que creías que estaban de viaje en Venecia. ¿Experimentaron esa ola? Te pones al día con lo que ha sido de sus vidas desde la última vez que se vieron. Las historias compartidas son ricas y variadas, hasta incluso un amigo hizo un viaje al sur de Francia en busca de castillos. Te diriges a la galería, exploras la obra de arte en la que tu amigo se ha esforzado y celebras su éxito. La galería es un espacio espectacular, un comedor convertido en un monasterio venerable. Las vigas de la bóveda tienen 400 años de antigüedad con tallas ornamentadas en los bordes de cada viga.
Esto calienta tu corazón y, sin embargo, su teatralidad sirve para recordarte que nada está físicamente presente en esta experiencia. Las últimas tres horas se han pasado completamente en línea en un mundo virtual. Un mundo que en muchos sentidos es más rico e intensamente interesante que tu existencia normal. Si bien gran parte de esta experiencia está programada, según un algoritmo configurado el mes pasado, algunas partes son completamente inesperadas. En esta noche en particular, tu amigo artista estaba, en realidad, en la galería física a las afueras de Florencia, al igual que la mitad de las personas que conociste y con las que hablaste en la inauguración.
El poder del Metaverso residirá en su capacidad a través de tales entornos experienciales y convincentes que existen en la intersección de los mundos físicos y virtuales. Es importante destacar que su poder gira en torno a la creación de un nuevo sentido de lugar y comunidad que, sin embargo, es duradero, significativo y se basa en vínculos emocionales profundos. Estos se establecen con las estructuras, actividades y personas que allí existen. Esto es lo que te hace volver cuantas veces puedas... a este lugar de infinitas ilusiones.
Snow Crash de Neal Stevenson es la novela de ciencia ficción que acuñó la palabra Metaverso. El libro fue publicado en 1992, sin embargo, como se mencionó anteriormente, todavía estamos en la fase previa al lanzamiento del desarrollo del producto del Metaverso. Algunos pedazos y piezas se están filtrando desde los bordes. Hay tentaciones de participar, rumores de nuevo software y espectaculares imágenes de IA que parecen surgir de la nada. De hecho, las grandes empresas están comprometiendo cantidades impresionantes de capital y mano de obra para ser las primeras, o las mejores, con el fin de establecerse como El Portal al Metaverso. Se trata de una carrera empresarial épica para convertirse en la fuerza dominante que dará forma a nuestras vidas de maneras desconocidas.
La interacción en el espacio virtual tiene una calidad de entretenimiento que conocemos del mundo de los juegos. Cuando se trata de consumo y compras o de asistir a conciertos, exhibiciones y eventos deportivos, el Metaverso no se trata solo de facilidad, sino de lo que es más importante, la DIVERSIÓN y la participación a nivel experiencial. Es un alejamiento deliberado y dinámico de un espacio mayormente bidimensional y transaccional, como Amazon, donde buscas cosas a imagen y semejanza de como lo harías cuando buscas en una enciclopedia, un menú o un catálogo. Además, tiene el poder de crear un sentido de comunidad, como lo hace Facebook, pero en un nivel de intensidad, donde cambiaremos para siempre. En el Metaverso, puedes ingresar a un reino que tiene las propiedades de transporte similares a Google Street View en vivo; abriendo las puertas y portones de todas esas fachadas y zonas verdes. Críticamente, este nuevo mundo del Metaverso y el papel de la IA en él planteará preguntas revolucionarias sobre cómo experimentamos el espacio y, a su vez, qué significa profundamente ser humano.
Este artículo titulado "A la sombra del maremoto: navegando por el metaverso" está escrito por el arquitecto John Marx, AIA, director fundador de diseño y director artístico de Form4 Architecture, una empresa galardonada con sede en San Francisco que diseña edificios, campus e interiores destacados para empresas de tecnología del área de la Bahía como Google y Facebook, laboratorios para clientes de ciencias de la vida y espacios de trabajo para muchas otras empresas. Desde el 2000 al 2007, Marx impartió un curso sobre la temática del placemaking en el ciberespacio en la Universidad de California, Berkley, y en 2020 diseñó su primer proyecto en el Metaverso para Burning Man: The Museum of No Spectators. Al año siguiente, John Marx dirigió un equipo de diseño encargado de crear un portal de 500.000 millones de dólares para el Metaverso.